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La RSE, aspectos generales

Este artículo se ha elaborado en el marco del proyecto de la Cátedra Betelgeux-Cristeyns- UCV para un desarrollo sostenible, en los que se ha realizar actuaciones relacionadas con la promoción de la economía sostenible en la Comunitat Valenciana, financiado por la  Consellería de economía sostenible, sectores productivos, comercio y trabajo, de la Generalitat Valènciana (EBCORG/2021/8)


Nuestro Planeta, donde habitamos y vivimos en comunidades es un ecosistema frágil y presionado por acciones naturales y sobre todo por acciones que el ser humano realiza día a día. La interacción de nuestras acciones cotidianas y el entorno genera un impacto ambiental de tales dimensiones que afecta al mismo desarrollo social y económico. Existe una vinculación entre el modelo actual de producción y consumo y el gran deterioro de nuestro Planeta. Por ello, es fundamental que podamos reconocer que nuestras actuaciones cotidianas tienen una trascendencia mayor de lo que pensamos y que sólo se podrá cambiar la tendencia actual con un cambio, un compromiso y una responsabilidad de toda la sociedad, a través de una acción conjunta y con unos mismos objetivos respaldados por los diferentes gobiernos, organizaciones, empresas, Universidades y centros de investigación, ONG, etc,… Solo unidos podremos cambiar la inercia actual y dejar un Planeta adecuado para la vida de las generaciones venideras.

La actividad económica es esencial para el desarrollo de toda sociedad. A través de la actividad económica se hacen realidad las ideas y pensamientos del ser humano, concretizándose en productos y servicios que son ofertados por empresas y adquiridos por la sociedad. Esta dinámica genera nuevos retos y oportunidades donde la colaboración y el equilibrio de intereses entre los diferentes actores sociales toma un papel fundamental para un adecuado desarrollo humano. Colaborar entre las empresas y sus proveedores, entre cliente y empresa, entre la propiedad y los trabajadores, entre las empresas y las administraciones, es hoy fundamental, sólo de esta manera, a través de la colaboración y respeto de todas las partes implicadas se conseguirá que el desarrollo sostenible sea una realidad.

La Responsabilidad Social de la Empresa (RSE), es la contribución de las empresas al desarrollo sostenible. Si la empresa interioriza la RSE en su modelo de gestión se conseguirá una empresa más transparente, igualitaria, respetuosa con el medio ambiente, donde prime el servicio, la seguridad, la atención y el compromiso de unos con otros, la ética en los negocios, orientando sus operaciones y acciones hacia una gestión de la empresa integradora que contribuya al desarrollo y mejora de la calidad de vida de sus trabajadores, sus familias, su comunidad… con el fin de favorecer el crecimiento económico e incrementar su competitividad, garantizando la protección del medio ambiente y fomentando el respeto entre culturas y formas de organización diferentes en una sociedad concreta.

 

Toda empresa es un actor fundamental en el bienestar social de una comunidad, un lugar de encuentro social donde las relaciones van más allá de la adquisición de un producto o servicio, donde se interactúa persona a persona, vinculándose unos con otros.

 

Toda empresa desarrolla sus actividades en un entorno dinámico, cambiante y que provoca un constante estado de vigilancia para estar al día en muchos y diversos temas. Una posición estática de una empresa le llevará al cierre. Sin duda alguna, para mantener su actividad en el tiempo, se ha de conocer el ecosistema donde se sitúa la empresa, las variables que le influyen en su desarrollo:  las modas que surgen y desaparecen, una demanda voluble de determinados productos de temporada, los gustos de los clientes, la presión mediática de los anuncios y tendencias,  la situación económica general de la sociedad que provoca una dilatación o contracción en la compra, la presión fiscal y de la administración o la planificación de la movilidad que se realiza desde la administración competente, así como el control de las diferentes actividades económicas, la lejanía de los proveedores de bienes y servicios, la cada vez mayor implantación de lo “on line” frente a los sistemas de venta tradicional y las nuevas formas de relacionarse con los nuevos clientes, así como otros muchos factores que condicionan la actividad comercial y que tienen su incidencia en el resultado económico, su impacto en el medio ambiente y su vinculación/relación con la sociedad.

La creciente competencia supone que las empresas deben esforzarse por atraer y retener a los mejores empleados, clientes, proveedores, subcontratistas… Dada la naturaleza volátil de los mercados, el éxito de una empresa depende en gran parte de su capacidad de dar respuesta a las aspiraciones de los consumidores y de las comunidades locales donde se encuentran. Con el fin de obtener los necesarios beneficios económicos condicionados por el nuevo entorno social, las empresas deben pensar de forma estratégica, gestionar su actividad de forma efectiva y dar a conocer el esfuerzo y el trabajo que se realiza. Las empresas no actúan de forma aislada y totalmente desconectadas de otros ámbitos de la vida social. El mercado y los beneficios no son las únicas referencias que deben tenerse en cuenta. No se trata de eliminar el objetivo de los beneficios económicos, sino el introducir otros objetivos, por ejemplo: objetivos éticos, de vinculación con la sociedad en general, en la estructura corporativa de toma de decisiones. Por todo ello, la reflexión estratégica que toda empresa debe realizar se ha de orientar a dar respuesta a nivel económico, social y ambiental, de esta manera estará introduciendo la sostenibilidad (por extensión la RSE) en su esencia y podrá colaborar de manera activa en el objetivo fundamental de este tiempo, la sostenibilidad.

La RSE no es una actuación de una empresa concreta, o de una administración, sino que es la unión de las acciones que la administración, empresas y sociedad llevan a cabo. Es un compromiso de todos para todos.

 

 

Este artículo se ha elaborado en el marco del proyecto de la Cátedra Betelgeux-Cristeyns- UCV para un desarrollo sostenible, en los que se ha realizar actuaciones relacionadas con la promoción de la economía sostenible en la Comunitat Valenciana, financiado por la  Consellería de economía sostenible, sectores productivos, comercio y trabajo, de la Generalitat Valènciana.

 

Existe una imperiosa necesidad de socializar la economía, es decir, hacerla más social, trasparente/participativa. El fomento de cooperativismo entre emprendedores es otro de los objetivos que nos hemos planteado en el presente proyecto. Nuestro público objetivo es la interacción y acoplamiento entre el mundo empresarial y universitario, fomentando un espíritu de trabajo y colaboración donde la ECB pueda surgir de manera radical, desde la raíz y esencia de las actividades económicas de nuestra sociedad.

Cátedra Betelgeux-Cristeyns- UCV para un desarrollo sostenible

 

 

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